AVINGUDA DEL PARAL.LEL 12
No me puedo salvar. Lo intento todo
y cuando casi alcanzo mi objetivo,
aparece una luz detrás de las rejas.
O una corta ramita a la que asirme.
O diviso de pronto una ventana
en el sólido muro que golpeo.
O una puerta a lo lejos, entreabierta.
Y es volver a empezar. Una y otra vez.
De nuevo oscuridad, la rama débil
se rompe al agarrarla y la ventana
que distinguí eras piedras. Y la puerta
precintada, impidiendo, altiva, el paso.
Es inútil luchar. Tengo enemigos
poderosos y crueles vigilándome.
Y me vencen de golpe en el instante
justo en que yo creía dominarlos.
No sé bien quiénes son. Y están ocultos
en ocasiones dentro de mí mismo.
No me podré salvar. No hallo un camino
que
lleva a la total desesperanza.
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